viernes, 25 de mayo de 2012

La construcción del tiempo y el suspenso en Psicosis


Psicosis del año 1960, película basada en la novela que tiene su mismo nombre del escritor Robert Bloch; es considerada como uno de los filmes más importantes del cineasta Alfred Hitchcock y también en la historia del cine. Su importancia radica primero por ser un clásico del cine de suspenso propiamente; sin embargo algunos lo han catalogado como cine de terror; luego por su calidad cinematográfica, por haber sido nominada a cuatro premios de la Academia y por ciertas escenas que han conseguido mucha fama como lo es la escena de la ducha.
A grandes rasgos, la trama de este filme se desarrolla a partir de que una mujer llamada Marion Crane, la cual labora como secretaria en una empresa inmobiliaria, huye de la ciudad con 40 000 dólares de uno de los clientes de su jefe para empezar una vida nueva al lado de Sam Loomis, un hombre divorciado con quien tiene un amorío. Conforme esta se va alejando de la ciudad, decide pasar la noche en un motel llamado Bates Motel, este es administrado por Norman Bates, un joven solitario que aparentemente vive con su madre enferma. Esta parada resultará fatal para Marion, ya que esta será asesinada por Norman Bates, quien tiene un trastorno de doble personalidad. En este momento la historia de la película da un giro radical, donde la cuestión del dinero pasa a un segundo plano para concentrarse en la búsqueda de Marion y en descifrar quien es realmente Norman Bates.
De acuerdo con Laura Antolín (2008), en su reportaje en la página Fansymundo sobre cine y televisión: “… lo realmente novedoso viene en la forma de contar la historia, o dicho de otro modo, en la posibilidad que Hitchcock nos brinda de poder acceder a dos películas en una”. Se considera que estamos frente a dos películas en una porque la primera parte de Psicosis ahonda más en el asunto del robo del dinero y en la huída de Marion, sin embargo; la segunda parte está bien demarcada en el momento en que Marion llega a Bates Motel y donde se da el asesinato de Marion, donde como se dijo anteriormente, el robo del dinero pierde importancia.
En este ensayo nos concentraremos en analizar el manejo del tiempo en la película y a su vez se relacionará con la construcción del suspenso.
Con respecto a lo que nos indica Neira Piñeiro en su libro Introducción al discurso narrativo fílmico, toda narración fílmica al igual que la literatura se da en un determinado tiempo, el cual posee una dimensión  espacio-temporal, configurando una representación espacial; y donde el plano tiene una duración temporal.
En primera instancia en este filme encontramos un tiempo interno, pues el tiempo de la historia es lineal y continuo, se apega al desarrollo de la trama; es decir, se desarrolla paso a paso, no se perturba el tiempo. Además, suponemos el tiempo del argumento hace variaciones en cuanto al ordenamiento de la historia porque se está contando dos historias en una.
Los procedimientos en el montaje facilitan romper con el tiempo lineal (tiempo cronológico), sin fisuras de la historia y es posible reestructurar los nuevos esquemas en que se trabajan, y con ello alterar o perturbar el tiempo.
Se observa como el cineasta inglés hace uso de otros recursos que tienen que ver con el tiempo, un ejemplo de ello es cuando Marion va en su automóvil y mientras maneja se imagina o escucha las voces de sus allegados por el robo que cometieron, de las posibles premisas que se harán, lo que nos alude al futuro. Este fenómeno al que hace referencia la autora Neira Piñeiro es el de la anacronía o alteración del orden: que es anticipadora (prolepsis o flash-forward), insertando voces de los otros personajes.
En cuanto a la duración, Psicosis presenta una modalidad de anisocronía, pues no se apega directamente a la duración de la fábula; y para esto se recurre a el resumen por ejemplo para abarcar todo el tiempo que Marion lleva conduciendo, pues de acuerdo con la duración respecto con esta parte, sospechamos ella llegó al motel hasta la segunda noche después de haber salido de la ciudad, ya que la primera noche la pasó en su carro, tiempo que también se suprime; por lo tanto, aquí se percibe utilización de la elipsis, porque si bien no aparece, pero cuando el oficial le toca la ventana del carro, se sobreentiende que Marion durmió ahí. Empero, se aprecia el uso de la estructura temporal de la escena cuando Norman Bates limpia la escena del crimen e incluso cuando lleva el carro al lago para ocultar las evidencias; esta parte se apega más con el tiempo de la fábula, pero se hace pequeñas elipsis.
Por otra parte está la frecuencia, esta es de tipo singulativa, ya que no se cuenta varias veces lo que ha sucedido antes, sino solo una vez.
En conclusión, dentro del filme se puede observar que en la mayoría del tiempo en que se desarrolla la película es de noche para resaltar ese  misterio, los asesinatos y es posible que no se hallen testigos de lo cometido, por lo que hace que el suspenso se intensifique y atrape al espectador, como si lo estuviera viendo. En la mayoría de las escenas se muestra el motel y la casa, espacios que tienen una apariencia inofensiva pero a la vez misteriosa; los acontecimientos que ocurren son durante la noche, lo que hace que este lugar se vuelva sombrío. Solo al final de la película observamos este lugar durante el día cuando el novio y hermana de Marion, deciden averiguar lo que está pasando y se dirigen a este lugar, es en esta parte del día en que logra saber la verdad y detienen al culpable que posee una doble identidad (Bates). En síntesis, una vez más vemos como la construcción del suspenso va de la mano con la cuestión temporal del día y la noche, tal y como sucede en la película Con M de muerte (1953); donde la noche (oscuridad) es el momento propicio o preferido para cometer un crimen, mientras que en el día (luz) ocurre lo contrario, es ese momento de develamiento; es decir, se revela esos secretos o hechos cometidos.

Fuentes bibliográficas:

María del Rosario Neira Piñeiro, Introducción al discurso narrativo fílmico. Madrid: Arco/Libros, 2003: 174-242.



sábado, 19 de mayo de 2012

El espacio en El hombre equivocado


La película El hombre equivocado del cineasta Alfred Hitchcock, está basada en hechos de la vida real que ocurrieron el  14 de enero de 1953, cuando un hombre inocente es confundido y acusado de realizar varias fechorías. También está basada en el libro llamado La verdadera historia de Christopher Emmanuel Balestrero, de Maxwell Anderson.
El argumento o trama de dicha película consiste en que un músico honrado llamado Manny que trabaja en un club, padre de dos hijos y casado con una mujer llamada Rose; se esfuerza por ganar dinero para mantener a su familia. Al no tener el dinero suficiente para sufragar los gastos del tratamiento del dentista de su mujer, decide ir a pedir un préstamo a una institución de seguros, es ahí donde las empleadas de la oficina confunden a Manny con un hombre que había asaltado la institución días atrás y van a acusarlo a la policía. A partir de ahí se cuenta los hechos por los que tuvo que pasar este hombre y su familia a raíz de la acusación.
En este ensayo se analizarán los asuntos relacionados con el espacio a la luz de lo que han dicho algunos autores respecto con este tema.
El espacio con respecto a lo que nos dice Neira Piñeiro, en el libro Introducción al discurso narrativo fílmico es el lugar donde se sitúan los personajes y acontecimientos. Pero además de esta definición simple, los espacios también suelen ser de carácter simbólico.
Se considera que en el cine el espacio no es continuo, sino una serie de ambientes fragmentados. Esto porque por ejemplo en la literatura, se narra paso a paso y detalladamente los espacios; sin embargo, en el cine si se desea hacer una película de alguna obra literaria, el director deberá montar en una escena, varios espacios a la vez; es decir se puede pasar con facilidad de un lugar a otro.
Con ello podemos ver que los acontecimientos se desarrollan en una ciudad de los Estados Unidos (espacio que se utiliza con regularidad), principalmente nos muestra espacios (patentes) como la casa de la familia, el club donde trabaja Manny (el cual aparece varias veces), en una ocasión el hotel o casa de estar en vacaciones, el recorrido que hacen buscando a los posibles testimonios que los ayuden a esclarecer la situación; sobre todo el espacio que más consternan al protagonista es la cárcel lugar el cuál se muestra incómodo, ya que el espacio es muy reducido, en definitiva, un lugar nada agradable. También el espacio de la casa de reposo de personas con problemas mentales en donde interna a su esposa, si lo observamos detenidamente el lugar que se nos muestra tiene una apariencia melancólica, es totalmente blanca, no se presenta ningún tipo de vegetación, la casa es grande lo que nos da a entender que en ella hay un enorme vacío y que está retirado de la ciudad. El espacio visible utilizado en la película es un espacio fílmico porque nos muestra la mirada del narrador, pues nos trasmite su angustia. 
En la película se muestran otros espacios secundarios como los negocios comerciales donde Manny tiene que ir para que la policía indague si es o no el hombre correcto, la oficina del abogado entre otros. A criterio propio esta cantidad importante de espacios, tienen como función, tal y como Hitchcock lo menciona al inicio del filme, contar la historia de este hombre, de manera que se apegue lo mejor posible a los acontecimientos ocurridos en 1953; pero sobretodo, estos espacios están ahí para demarcar el recorrido que tiene que hacer el personaje para demostrar su inocencia.
Hitchcock, hace uso del montaje de una forma continua, en otras palabras mantiene un mismo decorado, eso lo podemos ver en el club, son casi la reproducción exacta de una misma escena, como los personajes están ubicados, la decoración y la misma música; al igual que sucede en la casa de Manny. En síntesis ciertas escenas de la película se repiten en varias ocasiones; suponemos esto sucede porque de acuerdo con Neira Piñeiro, el espacio fílmico tiene como soporte la iconografía porque adquieren un carácter mimético: se parecen a la realidad. Otro espacio que se asemeja a la realidad es en el auto de la policía en donde transportan a Manny, pero en el momento en donde se enfoca a este personaje dentro del mismo.
Según lo que expone Rubén Díaz López en su artículo los elementos cinematógrafos juegan muy ad-hoc su papel, lo que hace la cámara es reflejar la angustia del acusado que en este caso es Manny. Además, se logra observar como en esta película usa la fotografía, con los espacios o paisajes, los colores claros y oscuros para intensificar el drama que genera la situación, sobre todo cuando se dan las sentencias o las acusaciones. Los movimientos de la cámara lo podemos ver cuando el protagonista es arrestado y lo meten en la cárcel y nos transmiten como él se siente, creándonos la misma sensación.
Por último, la cámara no es solo un espacio continuo o con profundidad, lo que hace es intensificar la distancia entre los personajes. Un ejemplo de ella cuando Manny se encuentra en el juicio y se nos muestra el rostro de este, de los testigos y fiscales. Además, se considera que los espacios exponen cómo es visto el personaje desde fuera y como se ve él mismo dentro de la cárcel, espacio netamente psicológico porque pretende retratar los sentimientos de Manny. Nuevamente se presencia el tema hitchcockiano por definición, que es el tópico del falso culpable, pero esta vez va más allá, o sea, pone de manifiesto este tema como algo verídico, que a cualquiera le puede suceder.

Fuentes bibliográficas:
María del Rosario Neira Piñero. Introducción al discurso narrativo fílmico. Madrid: Arco/ Libros, 2003.